La poesía estimula la imaginación; es un acto de creación de mundos imaginarios sin reglas de credibilidad, percepción de lo verdadero, leyes suspendidas por el lector en la acción de leer –invitado por la fe poética a penetrar en ese universo–. Con ello es posible inmiscuirse en el acto de interacción del autor con el lector, la forma en que se ha creado el elemento poético y la percepción artística, momento de mayor valía para el poema. Así, entonces, es en los textos de poesía lírica náhuatl (cuicatl, “cantos”, “poemas”, y huehuetlatolli, “consejos”), de la época prehispánica –en la Cuenca de México–, donde se identifican y analizan los recursos estilísticos que conllevan a reconstruir el ciclo de vida de la mujer común de esa sociedad. En este caso, las modalidades expresivas de esa producción literaria llevan a comprender ese todo social y cultural. Sirva el presente texto como un ejercicio analítico de una manifestación literaria que todavía guarda muchos secretos por descubrir: la literatura náhuatl. En un afán de indagar acerca de la existencia pretérita, los autores –un eminente escritor, filósofo y catedrático, en conjunción con una presunta literata e historiadora– se dieron a la tarea de escudriñar el sentido de los poemas y consejos que dieron sentido a una etapa de la historia de México.