La autora de este libro ha vivido la experiencia del migrante en carne propia. Su texto nos transporta a la frontera a través del corrido, y a partir de éste recobra el sufrimiento y las alegrías, el amor y las luchas de los mexicanos al cruzar, vivir y transitar por ese terreno tan fieramente disputado. Los corridos, esas baladas fronterizas inmortales, y sus intérpretes, son una rica reserva de memoria vibrante, así como un testimonio irónico. Aquí la voz y visión de Los Tigres del Norte y de otras populares bandas de música encuentran su justo lugar y se hacen accesibles a un amplio sector de lectores en ambos lados de la frontera.