Primer poemario de una autora que “más allá de las tentaciones meramente temáticas o de resonancias desplegadas en la experiencia literaria”, asienta su disposición a la limpidez de las pulsiones emocionales y a una atención de las circunstancias o respiraciones cotidianas, despegadas adecuadamente del hálito poético. Desapego implica espacio, en este caso un espacio ocupado por el discurrir de un verso de firme ritmo, de variables tonos sonoros y de un lenguaje directo y vibrante. El lector tendrá ocasión de ingresar a un ámbito de infrecuentes sugerencias.