En este volumen se procura demostrar que toda forma de materia o experiencia está inmersa o surge de la vacuidad. Esta premisa budista es la traducción del concepto sánscrito sunyata, es decir, la vacuidad, donde aparece, crece y se desintegra todo lo que existe en nuestro universo. Comprenderla nos permite entender que la vida es como un sueño (no es un sueño) y que todas las actitudes de apego, aferramiento e indiferencia únicamente nos amarran al ciclo vicioso del samsara o estado mental de conflictos y problemas, donde abundan el sufrimiento y el dolor recurrentes porque cometemos una y otra vez los mismos errores debido a las percepciones equivocadas que aplicamos a la realidad de un modo compulsivo, neurótico, automático e inconsciente. El entendimiento de la vacuidad (el espacio absoluto donde todo nace, se desarrolla y colapsa) es la base que nos permite abrir la mente y el corazón para dejar fluir todas nuestras experiencias sin degenerarlas en apegos o en aversiones. Por eso se dice que la vacuidad es el estado de mayor conocimiento que podemos lograr y, como tal, corta de raíz todos los pensamientos perturbadores, erróneos y todas las emociones afligidas.