El volumen está formado en su mayor parte por textos en prosa y en verso y numerosas ilustraciones, todo obra de un joven suicida, Jorge Borbolla (1977-2001). Los doctores Asbel Hernández y Rodrigo Garnica prologan el libro tratando de descifrar la interioridad de una mente enferma, el desarrollo de una vida positiva deteriorada por la esquizofrenia y el acto final del paciente al resolverse por el suicidio. “Un enfermo mental puede tener derecho de terminar con su sufrimiento. Si lo hace, la sociedad no tiene derecho a condenarlo”, asegura Consuelo Fonseca. El libro servirá, sin duda, para el amplio debate que aún no se ha dado sobre el tema.