Qué época. Qué vida. Qué libro. Una biografía como uno quisiera verla, que se lee de un tirón, y luego uno la depone para obtener distancia de las emociones propias, duelo, ira, indignación. Y esto, a pesar de que el libro justamente no apela a las emociones, sino solamente informa, sin exageración, más bien lacónicamente, exacto. Lo vivido en sí mismo es lo monstruoso.